miércoles, 15 de agosto de 2012

Día 23: C’est fini


15 de agosto


Ayer tuvimos la cena de despedida de Synergie Passion.
Después, tomamos una copa en “El monasterio”.
Todo ha terminado…
Las caras de cansancio eran evidentes.


Esta mañana, al levantarnos, sólo quedaba recoger las tiendas,...no podía parar de llorar mientras desmontaba y metía todo en mi buga rojo deportivo, como lo llamaban aquí. Un conjunto de sentimientos entremezclados intentaban salir al exterior…ha sido maravilloso, pero ahora…se acabó.
Tras comer en la plaza todos a las 12.30(buena hora para comer un kebab), han empezado las despedidas, ha sido duro…
Ahora estoy en la granja de Simón, no he querido volverme a España tan cansada y emocionalmente ”touchée”, como dicen aquí, así que…como Simón me había insistido en que no me fuera corriendo, he aceptado.
Esto, permite un descenso más sostenido de ésta montaña rusa.
Llevo tres horas terminando el blog, que estaba parado a causa de  la intensidad de lo vivido, pero que en todo caso,ha merecido la pena.
 Mañana emprenderé camino hacia España.
Ahora, esperamos a cenar al primo de Simón y a su mujer Sevillana, será un cierre perfecto, estoy segura.
 Me llaman a tomar el apèro....

Y…aquí se acaban las aventuras. Agradezco enormemente esta experiencia, me alegro mucho de haberme lanzado a ella, sin paracaídas, de todo lo que he vivido y de todo lo que he aprendido.

Gracias también a los que me habeis seguido, espero haberos dado un poquito de  felicidad. 
Au revoir!!!!

Día 22: Día libre.


14 de agosto

Hoy, ya todo está recogido, es nuestro día libre.
Correr, piscina, tomar algo en la plaza, visitar alguna expo, comer una crêpe “comme il faut”….Pero el corazón hecho añicos…de ver que ésta maravillosa aventura se esfuma como el viento…



Hoy se hace también la cena se Synergie, estamos casi todos los importantes, el equipo de 2012.
Nunca las cosas son como uno desea, son como son, y así hay que aceptarlas, como las despedidas, cuando uno va a un sitio, sabe que tendrá que irse y que será duro y difícil, pero  va unido, una cosa no va independiente de la otra. Te encuentras con gente, con sus circunstancias y con las tuyas, y para continuar en contacto, hace falta estar en sintonía, y eso…no siempre ocurre.

Día 21: El día después


13 de agosto


La imagen de Marciac hoy, es la del día después de una gran fiesta.
 Todo está en calma pero con un aire decadente, una imagen de lo que fue y ya no es, un descenso en picado de la actividad, que encoge el corazón. 
Es como si las historias vividas en éstos días se borraran, como si ya no quedara nada, y las gentes partieran sin dejar rastro, sólo pequeños momentos grabados en las memorias de cada uno, que a buen seguro nunca volverán, y  que inevitablemente darán paso a otros diferentes.
Camiones enormes salen cargados hasta los topes de las inmediaciones del Chapiteau, levantando polvo, pasan por nuestra curva y se llevan nuestros recuerdos, todo se desmonta, todo acaba.

Ayer ya no hubo conciertos en el Chapiteau, aunque la plaza del pueblo sigue montada y activa. Comienza nuestra labor de desmontaje. Primero la gran tienda del camping donde a su vez estaban las nuestras. Ha habido que desmontar primero nuestras tiendas y las hemos puesto en otro sitio a la sombra, puesto que el camping de voluntarios comienza a vaciarse, es desolador…
Más tarde, después de comer, desmontaje de la gran tienda-terraza del chalet. Eso ha sido más duro, al sol. Y luego… una ducha en el camping sin gente, sin hacer cola.


Hemos cenado en el chalet, y luego por fin a la plaza sin presiones, sin horario.
Nos hemos metido en las arcadas de la plaza al oir flamenco, Simón y yo corriendo como locos a ver dónde era, y en efecto, un grupo flamenco tocando en un bar, así que la primera copa ha sido allí. La segunda copa, un Daikiri, bastante malo, por cierto, pero la música era my animada y entre nosotros había buen ambiente. También un "barbe à papa" (algodón de azúcar) ha hecho acto de presencia esta noche.No estábamos todos, pero  ha sido estupendo. Lo último, al sonido de un grupo de jazz, tocando rock, nos hemos puesto a bailar en plena calle ¡qué divertido!

Intento vivir intensamente lo últimos momentos, captarlos y agarrarlos fuerte. No quiero seguir como hasta ahora, esperando que  aparezcan, quiero buscarlos, aunque sé que no siempre aparecen cuando uno quiere, tengo ganas de vivir a tope cada simple cosa, y esto será mi trampolín. Pareciera que acabo de descubrir la vida con casi 40 tacos, pues sí ¿y qué pasa? Más vale tarde que nunca, ¿no?. Bueno, hablando en plata, éste viaje me ha vuelto del revés, eso es todo.

Día 20: Ya todo está casi en calma…..


12 de agosto


Anoche, fue el último día de conciertos en el Chapiteau. Tocó Sanseverino Caravan Palace, ¡qué caña de grupo!, un jazz con una mezcla rock-pop.
Este grupo si que lo voy a incluir en mi discografía.
Disfrutamos mucho.
Luego, fiesta en la caseta, vinieron amigos de Simón, algunos voluntarios más y llenamos la terraza. Nos reímos mucho, y yo me parto cuando ellos intentan decir algo en español.

Hoy ha sido la comida de despedida de los voluntarios, 700 personas comiendo en una carpa. De primero había melón-galia, paté, queso y ensalada sin aliñar. De segundo bistec con patatas fritas, con un grosor de un dedo, y de postre tarta y helado. No está mal.

Yo ya he empezado a llorar hoy, porque aunque nos vamos el jueves, realmente muchos de los voluntarios terminan hoy, y ver que estamos tocando el final me hacer ser consciente de lo efímero de todo. Me da tristeza porque se acaba algo donde  he vivido el presente más intensamente que nunca, dejándome llevar por los acontecimientos sin poner mi mente en medio y aceptando las cosas como iban aconteciendo. Me da escalofríos salir de esta burbuja, así que mejor no lo pienso y disfruto hasta el momento de meter todo en el coche.
Estoy fascinada por éste país, sinceramente, y pienso volver siempre que pueda, me encanta.
Hoy, la tarde ha sido un poco larga y aburrida. Permanecer en el chalet sin apenas movimiento se torna difícil, cuando antes ha habido tanta animación.

La cena ha sido de cantina escolar, había que ir a recogerla, era todo de picoteo, jamón serrano malo, jamón de York, paté, melón, queso…en fin, lo de siempre…La hemos hecho en nuestra terraza.
Lo más interesante, es que han venido a cenar los fundadores de Synergie passion, una pareja, Marie y Jean Claude, con una energía sencillamente desbordante. También estaba la madre de Julie, y Sylvie, su amiga, así que una vez que hemos cenado, los jovencitos se han ido a la plaza y los mayorcitos, nos hemos quedado hablando y hablando hasta tarde.

Jean Claude, me ha dicho que me he abierto como una flor del primer día a ahora, que me ha visto un cambio enorme, y éso que ellos no han pasado más que tres veces contadas a vernos. Habla un francés muy cerrado, difícil de entender, pero ¡menuda diferencia!, ahora puedo hablar con él perfectamente, aunque le paro de vez en cuando, no como al principio que parecía estar oyendo chino.
 Pero él no se refería al idioma, sino a mí, como dice Miguel Ríos... “ una canción es goma dos, conectada al corazón”…bueno, es que la música es mágica, es capaz de servir de escenario para que se produzca cualquier cosa. Uno está preparado cuando lo está, ni antes ni después, para abrirse al mundo, para salir de su gruta, para descubrirlo todo….y hay que buscarlo (Mathieu, ¡que razón tienes cuando dices que el azar no existe, que las oportunidades se buscan!). Yo busqué venir aquí, y todo salió rodado para que pudiera vivir esto, pero fui yo quien llamé a la puerta, por el idioma, sí, pero mi alma pedía a gritos intensidad vital.

Como decía Jean Claude, quizás no nos veremos más, pero los momentos, quedan en nuestros corazones grabados a fuego. Me explicó que en Synergie, no cogen a gente mayor, quieren jóvenes para que haya fuerza y empuje, pero cuando supieron por Simón, que una española estaba interesada en venir, no lo dudaron, él les dio buenas referencias sobre mí, cosa de la que le estaré eternamente agradecida.  Gracias Simón.

Día 19:Recogida de sillas


11 de agosto


Esta mañana el cansancio era la tónica general en el stand de Synergie. Horas de sueño robadas noche tras noche hacían mella en las caras del equipo, aunque hoy las temperaturas han  dado una pequeña tregua, lo cual ha sido de gran ayuda.

Ayer en el chapiteau tocaron buenos pianistas y “The Barcelona jazz orquesta”. En un determinado momento hubo tumbada general del equipo en el césped de los laterales de la carpa con la música de piano de fondo, y además era la noche de las estrellas fugaces “les étoiles filantes”,¿qué más se puede pedir? Había poca clientela en Synergie y eso nos permitió algún momento de relax.

Lo peor fué, que como mañana es el último día de conciertos en el chapiteau, nos tocó a parte del voluntariado, remodelar la sala, y quitar cientos de sillas. La cosa se prolongó hasta más de las tres, estábamos desfondados…y al terminar, la organización nos pagó con un helado magnum a cada uno.

A partir de mañana, ya sólo quedan los conciertos en “ l’astrada”, otra sala  a la que vamos poco por la baja demanda  que tenemos. Esto se acaba…

Cada vez estoy más contenta aquí, me encanta éste país, sus gentes, y su forma de hablar, es curioso como se va instalando el lenguaje, y cómo la búsqueda de las expresiones va siendo cada vez menos por la vía de la traducción directa, otro paso más en el camino de la fluidez expresiva.



sábado, 11 de agosto de 2012

Día 18: Soirée en casa de Sandra


10 de agosto


Anoche el concierto estuvo dedicado a la salsa. Rubén Blades marcó una noche que con el calor incluido tuvo todos los ingredientes para ser eso, salsera.
En el lateral de la carpa, hay un espacio que la gente utiliza para bailar, y ayer…las parejas que bailaban eran innumerables. Me sacó a bailar un señor mayor, que bailaba genial, era francés, pero ¡cómo bailaba!

El concierto estuvo un poco condicionado porque me tocó un cliente que requiere mucha atención, pero aún así tuve mis ratos de asueto.

Y esta tarde, he estado en casa de Sandra, bañándome en su piscina clorada con sal, una maravilla. Vic está a sólo 35 kilómetros y he ido a ver a la profesora que me acogió en su casa en el intercambio. Hacía un calor que no se calmaba ni con el agua.
He hecho la colada, que estaba seca en media hora.



Luego, vuelta a la caseta, pues nos tocaba con Simón recoger la comida. 

Después, han venido una pareja, un primo de Simón casado con una sevillana, y nos han invitado a cenar en un restaurante, todo estaba muy bueno, pero íbamos contrareloj  para estar a las 8.30 recibiendo a los clientes, y yo así….no puedo comer. Pero vamos, que una ternera de Irlanda no se come todos los días.
Son muy majos los dos, es muy gracioso oír hablar francés con acento andaluz. Supongo que el que tendré yo será también fino, pero bueno, se va mejorando.
 

Día 17: La petite randonée


9 de agosto

Esta mañana, he quedado con la madre de Julie y una amiga suya para hacer una pequeña excursión, pasando por una iglesia.
Me he levantado a las 9, hemos desayunado juntas y hemos salido.
La verdad es que nos hemos caído muy bien las tres desde los primeros días, nos hemos conocido gracias a la hija, son dos mujeres de unos 50 años y son también voluntarias, una está en la oficina de turismo y la otra en el cine.

 Así que, ha sido una “randonée” muy interesante con una parada en una iglesia donde había una exposición de un artista que hacía esculturas forradas con filtros de café.
A las 10 de la mañana, hacía ya un calor de muerte, y ahora, que son las 5 de la tarde, no se puede aguantar, esto es insoportable, rondamos los 35 grados.


Hoy hemos comido en la cantina, porque hemos vuelto directas de la excursión, había pizza…en fin, no estaba mal, se podía aguantar.

Anoche los conciertos fueron un poco pastel, seguimos la brecha que abrió Frank Sinatra Light, rompiendo con el salvajismo del día anterior. No me tocó acompañar a nadie, sólo colocar en su sitio a tres personas, pero no solicitaban acompañamiento.
Con este trabajo te das cuenta de lo relativo que es todo, ves como la gente con problemas sabe disfrutar de la vida a su manera y sacar lo positivo de todo, aún cuando resulta difícil. Enseñan mucho.

Ayer por la tarde me fui con Mathieu al centro, para hacer un break y nos metimos en una casa en la que había una expo de figuras muy macabras que tenían cierta similitud a alien, el escultor tenía una imaginación un tanto retorcida. Fuimos adentrándonos en la casa y había un jardín en el que un grupo estaba tocando jazz, así que estuvimos un rato dejándonos empapar por las notas. Aquí encuentras arte y música en los lugares más recónditos, pero hay que investigar.

Conforme van pasando los días, estoy más a gusto y hablo y entiendo mejor. Así como al principio tuve la sensación de que se me iba a hacer largo, ahora cuando pienso en irme me da pena. Se establece una rutina, que aunque fatiga, acaba por prendarte, las gentes, la música, la libertad, la apertura, la oportunidad.